Hablar es necesario, tanto como callar. A través de las palabras se configura nuestro microcosmos, nuestra realidad personal. A través de las palabras se ofrecen explicaciones, enseñanzas, matizaciones, aclaraciones, disculpas… La palabra es maravillosa, y el silencio más. El problema empieza cuando no sabemos callar.
Necesidad urgente de la meditación
Es evidente que este tipo de personas desconocen la fuente de energía infinita que se encuentra en su interior, y mucho menos han llegado a conectar con ella. No lo saben, pero estas personas necesitan con urgencia aprender a callar y escuchar. Sin lugar a dudas, necesitan con urgencia la meditación. El primer requisito básico para adentrarse en el mundo interior es aquietarse, parar… callar. Ocurre que si el cuerpo se para la mente se aquieta. Y esto es algo que se puede aprender, algo que todo el mundo puede aprender. No es preciso tener condiciones idóneas para su práctica. La meditación es una bendición porque es patrimonio de la humanidad. Basta con querer, es suficiente con desearlo y las condiciones aparecen. Es posible que existan otros métodos y maneras, pero nosotros sólo conocemos la meditación, por este motivo nos atrevemos a recomendarla. A través de su práctica cotidiana es posible conectar con ese gran almacén de energía infinita que es el Universo, del que uno forma parte. Una vez descubierto, desaparece la necesidad de mendigar energía ajena a través de conversaciones vacías o de otras maneras. La práctica de la meditación nos instala directamente en el mundo interior. ¿Qué es lo que se percibe cuando nos adentramos en tal mundo? En primer lugar, aparecen los pensamientos, los recuerdos, los proyectos. También aparece toda una gama de sensaciones físicas, agradables y desagradables. Y cómo no, las emociones, con su cargamento de deseos y aversiones.Descubrir el silencio
Finalmente, si se dispone de la suficiente paciencia y perseverancia, es posible observar cómo fluye algo diferente, distinto, especial… Se trata del silencio. El descubrimiento del silencio se realiza porque viene acompañado de una gran paz. Primero la paz, después el silencio. En el silencio no hay nada, pero tampoco se necesita de algo. En el