La intención es la fuerza que nace directamente del Ser, es la que da el “soplo mágico” para que de la nada nazca la materia que se convierte en vida sensitiva y consciente.
Las piedras no pueden desarrollarse por su propia voluntad para convertirse en plantas, del mismo modo que las plantas no se convierten en animales, y los animales no se convierten por su propia voluntad en seres humanos. Es la intención que obra en todo la que da una determinada dirección a la vida.
El mundo es guiado por la intención, que da origen a la
ley de causa y efecto (Karma). Ante cualquier manifestación, está la intención que hace posible la creación. La vida se despliega dentro de un orden definido, y este orden es el principio base de toda creación.
Ser – Intención (decisión) – Causa – Acción – Efecto.
Este principio lo podemos “utilizar” conscientemente en el proceso de la transformación de nuestra conciencia, es el concienciarse de la fuerza que obra dentro de nosotros.
Esto no tiene nada que ver con el control (nuestro juguete preferido), sino con darse cuenta que nosotros, por nosotros mismos, no podemos hacer nada. Una parte no puede ser responsable de su propia creación. Es el Ser, el que actúa siempre, vía la intención, es este principio creativo-auto-organizativo el que actúa. El mismo principio que nos proporciona todo lo que necesitamos en los primeros nueve meses de nuestra existencia para convertirnos en un ser humano completo. Cuando nacemos esta fuerza no nos dice, “ahora te toca a ti, tu mismo”, sino que sigue actuando, esta fuerza está siempre en y con nosotros, es la que respira, la que se ocupa de las
funciones vitales de nuestro cuerpo, la que piensa, la que actúa, y la que escribe este libro.
Si nos hacemos conscientes de este hecho fundamental, el miedo desaparece y el sufrimiento se convierte en aprendizaje.
En nuestra decisión de emprender el camino de la sabiduría, nos sincronizamos con la intención, esto nos revela su potencial creativo y de esta forma nos convertimos en creadores de la realidad, es decir en la expresión espontánea de la fuerza creadora de la vida. Así se transformara la conciencia.
Karsten Ramser
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