Si te enojas, desesperas o te duele algo que hace un amigo, vecino, vendedor, etc., puedes quizá optar por alejarte y listo. Pero, si tu hijo, pareja o parientes son quienes te frustran, irritan o los que te ponen los pelos de punta, ¿qué haces? ¿te alejas?
Tener problemas familiares es una de las cuestiones que más puede afectar la salud, pues los parientes suelen ser en la mayoria de los casos nuestras relaciones más cercanas y frecuentes. Y si en la familia se mueven emociones como enojo, decepción, tristeza, amargura, etc., y no sabemos muy bien como solucionarlo, entonces podemos empezar a generar mucha tensión, inconformidad, y todo tipo de actitudes quiza muy forzadas o poco sinceras para poder convivir de la forma más amable u armónica con ellos.
Veamos algunos casos habituales de problemas familiares. Por ejemplo:
Si no te gusta como algún familiar te habla o trata, puedes pensar cosas como:
“Déjalo pasar” o “Me irrita que me grite pero mejor no armo lio y me callo …”, etc.
O aveces también se puede desahogar lo que se siente, y vienen los gritos, reclamos, discuciones, exigencias, etc.
Sin embargo, ya sea frustrar el enojo o desahogarlo con quien sentimos es el responsable, puede causarnos verdadero estrés sobre todo si esto frecuente y prolongado, y el organismo, al estar constantemente a la defensiva o con severos sentimiento sd erechazo o insatisfacción, tratando de mantener, arreglar o componer situaciones que ya no nos satisfacen, puede empezara a deteriorarse en verdad.
Además en la familia también puede haber otro tipo de cuestiones más complejas y profundas, como cuando se vive, por ejemplo, la traición, la mentira o el abuso, ya sea emocional o físico. Y si el familiar que agredió, mintió o traicionó esta cerca de nosotros a menudo, no será cosa fácil poder dominar lo que se siente.
Sera difícil no sentir enojo, rechazo, violencia o distancia emocional con esas personas. Y, si, a esto le sumamos que en algunas familias se mueve cierto tipo de educación, como:
“No demuestres que estas triste”
“Debes ayudarlo, es tu hermano, tu tío, tu prima, etc.”
“No dejes que te saque de control”
“No te quejes”
“No seas celoso”
“Se buen niño, buena niña, y no pidas nada”
“No debes tener envidia”
“No le digas eso porque se enojará”
“No les digas tus logros porque pensaran que eres presumido”
Entonces la presión dentro del cuerpo puede crecer mucho y llegar a ser en verdad agotadora y desgastante. Estar bajo esta tensión constante, e intentar ser algo que no somos, y tener que sentir cosas que no sentimos, y no poder expresar ni dejar fluir lo que sentimos, acaara poco a poco enfermando al cuerpo, quien estara contenido y muy limitado a las circunstancias externas que ya no se desean o no se sabe como transformarlas.
La resignación o el tratar de servir, complacer o poner antes a los demás, es un control excesivo de nuestra personalidad, y esta contención de emocional a la larga causara profunda depresión y tristeza, sentimientos de confusión, apatía, etc., así como sentimientos de irrealización y una larga lista de enfermedades derivadas de esto.
Muchas personas se sienten obligadas a dar y servir y son capaces de anularse ellas mismas en favor de la familia, la cual, además, puede ser en ocasiones muy exigente y demandante. Esto es un problema familiar muy común.
¿Cómo lidiar con los problemas familiares?
Cuando los problemas familiares son problemas de comunicación o de enojos pequeños y ordinarios, se puede empezar por estas claves: