Yo Soy un Centro de Amor, en mi Tiempo, en mi Espacio, y yo lo sé.
Este sencillo mantra, a pesar de su aparente simplicidad, esconde un poder milenario.
Denis es un venerable anciano natural de Quebec y director de la Foundation for Balance and Harmony. Actualmente reside en el Lago Atitlán, Guatemala, donde combina sus actividades de reeducación cerebral para niños con dificultades de aprendizaje (incluyendo dislexia e incluso autismo) con la expansión de la técnica que él mismo denominó Centro de Amor.
Todo se remonta a varias décadas atrás. En aquel tiempo, Denis estudiaba en el famoso Instituto Monroe, una organización dedicada a la educación e investigación de la conciencia humana, especialmente las experiencias fuera del cuerpo. Tras una visión reveladora, Denis supo que el equilibrio del corazón era la clave para vivir una vida plena. Cuando compartió su experiencia con una de las mujeres de su grupo de estudio, ella le contó lo siguiente:
Había sido la amante de un general chino que invadió Tibet. Se suponía que él debía quemar todos los libros… pero afortunadamente conservó algunos…
Ella pudo ver en un manuscrito lo que ahora llamamos el “Centro de Amor”, una técnica ancestral utilizada por monjes budistas para equilibrar el corazón y para estar anclados en el corazón.
Inmediatamente comenzó a recitar estas palabras:
Yo creo un Centro de Amor, en mi tiempo, en mi espacio, y está hecho.
La mujer dijo que esta técnica de más de 4.000 años de antigüedad había sido utilizada para practicar lo que ahora llamamos Reiki. Antes de iniciar el trabajo energético, los monjes querían asegurarse de estar en el corazón y no en la mente para permitir un flujo de energía pura y sin bloqueos.
Denis repite una y otra vez este mantra a lo largo del día. Cuando se levanta, lo primero que hace es 3 Centros de Amor. “Quiero asegurarme de empezar el día en el corazón. La mente es demasiado fuerte y siempre quiere tener el control, desde bien temprano”, dice sonriendo.
Si repites este mantra con los ojos cerrados y las manos en el corazón, sin duda podrás sentir una corriente de energía que se concentra en él. Inmediatamente, la actividad mental deja de ser tan intensa y sentimos la calma y la paz del corazón. Y sí, así es, tú puedes crear un Centro de Amor… el Amor es tan simple. Tan simple que solamente necesitas decir: Yo soy un Centro de Amor, en mi tiempo, en mi espacio, y yo lo sé. Se crea a sí mismo… ¡es maravilloso! No necesitas un intermediario para tomar posesión de tu propio poder… Como Denis dice: “si es complicado, no es amor. El amor no tiene nada de complicado, de hecho es muy simple y natural”.
Antes de realizar cualquier sanación, un Centro de Amor te lleva al lugar donde reside la luz de tu interior. Antes de tomar cualquier decisión, si estamos en el corazón, nada puede salir mal.
Ciertamente es una técnica muy sencilla, pero es eficaz. Uno puede sentirlo. Es por eso que, tras practicarla, decidí ayudar a Denis en su labor de difundir esta técnica milenaria. Afortunadamente aquel coronel no quemó todos los manuscritos, y afortunadamente aquella mujer vivió para verlos con sus propios ojos y compartirlos. Afortunadamente también yo conocí a Denis, así que puse a su disposición mis conocimientos sobre manejo de blogs y este es el resultado. Les invito a pasar por el blog y leer lo que Denis quiere compartir con ustedes.
*Muchas personas me han preguntado si deben recitar el mantra tal y como lo dice Denis (Yo Soy un Centro de Amor, en mi Tiempo, en mi Espacio, y yo lo sé) o como lo recitó originalmente la mujer que le cedió el conocimiento (Yo Creo un Centro de Amor, en mi Tiempo, en mi Espacio, y está hecho). Nótese que, aunque las palabras cambian, el mensaje es el mismo, y por lo tanto la intención también. Usen el que más cómodo les haga sentir, y recuerden que el dogmatismo en este caso no tiene sentido: de lo que se trata es de volver al corazón,- Autor: Jorge Benito