¿Tiendes a resistir el cambio, aun cuando sabes que es lo mejor?
El cambio es un hecho inevitable de la vida. A veces lo anhelamos, pero otras le tememos o lo evitamos. Aferrándonos a lo cotidiano las cosas no cambian. Para que una futura transformación se produzca debe existir un cambio previo. Puede ser visto como un proceso incómodo y recibido con resistencia y preocupación, pero es también el comienzo de algo grande. Muchos de nosotros… comenzamos el día siempre con los mismos hábitos…y lo terminamos también de la misma forma, día tras día, durante años, sin cambiar el esquema. Muchas veces esto nos hace estar cansados y sin entusiasmo. Esto se llama “estar atrapado”…para evitar cualquier posible dolor o sorpresa y permanecer cómodamente aferrados a la mente rígida. En lugar de abrazar la aventura, lo imprevisto e inusual,…nos resistimos al cambio desprendiéndonos de nuestra intuición y desconectándonos, por actuar mecánicamente, del Espíritu. Por lo tanto, nos perdemos muchas oportunidades de crecimiento, de conocer ampliamente la vida y l curación de situaciones pasadas, así como las oportunidades que lo Divino reserva para quienes se atreven a salir de lo rutinario, conocido y preestablecido. El cambio siempre ocurre y no importa cuánto tratemos de resistirlo, es una verdad inevitable en cada una de nuestras vidas. Debe suceder, y tenemos que permitir que esto suceda. Al resistirnos a él, sólo creamos lucha en nuestras vidas. El cambio nos faculta para aceptar, abrazar, y dar la bienvenida a lo que llega, cada instante es un regalo sin emitir juicios sobre él.
- 1. Aceptar lo que es. La resistencia y la lucha sólo derivan de no aceptar lo que es. Reconozcamos lo que tenemos que cambiar y confiemos en la intuición. Hagamos una lista de lo que pensamos tenemos que cambiar, o lo que ya está en proceso de cambiar.
- 2. Considerar… “Algo bueno saldrá de esto.” Podemos pensar que el mundo está tratando de hacernos daño lanzándonos a una curva peligrosa… o que vamos a fracasar si salimos de su nuestra rutina, pero la verdad es que los finales siempre dan paso a un nuevo comienzo. El cambio no está aquí para herirnos o torturarnos…sino para regalarnos nuevas experiencias, personas, espacio, y crecimiento.
- 3. Confianza Espiritual: El Espíritu está siempre a nuestro lado, aunque los ojos humanos no pueden ver su accionar. No tenemos que saber siempre cómo saldrán las cosas, todo lo que tenemos que hacer es pedir dirección y confiar.
- 4. Meditar y respirar: Incluso en medio de transformaciones radicales, el Ser se mantiene estable e inmutable. No importa lo que suceda a nuestro alrededor, siempre podemos recurrir a la sabiduría interior, en la calma de la meditación y usando la respiración, como instrumentos para el aquietarse que lleva al contacto.
- 5. Hacer algo distinto: En lugar de girar en torno a la misma rutina, salgamos de lo habitual…un poco cada día….para aprender a abrazar los cambios. Tomarnos unos días. Unas horas o minutos para hacer algo fuera de nuestros esquemas diarios, cambiar algo de nuestros hábitos de vestir, o en la alimentación,…tomar una ruta diferente al volver a casa…cambiar los muebles de lugar…redecorar… sumar una mascota a nuestra vida, ampliar las relaciones…o al contrario. Si estamos con demasiados compromisos…ir dando espacio y tiempo a la soledad y la reflexión…
DESDE MI CORAZÓN AL TUYO…
TIENDO UN RENOVADO PUENTE
HACIA LO INÉDITO…
PARA QUE LO TRANSITEMOS JUNTOS
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